Los docentes jubilados que donaron sus bienes a la UNNE: "Queríamos devolver un poco de lo mucho que nos dio"
La generosidad de un matrimonio de docentes de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) conmovió a muchos a comienzos de este año. Entre tantas noticias malas, este tipo de historias cautivan a quien las lee. Sus protagonistas: Otto y Elsa.
En junio, la UNNE hizo público que docentes reconocidos en el ámbito académico decidieron donar su herencia a la universidad. Se trata de una casa y un campo, con cargo y usufructo vitalicio para que, a futuro, funcionen un jardín de infantes y un espacio de prácticas productivas y estudios de la naturaleza.
"Queríamos devolver un poco de lo mucho que la UNNE nos dio y por lo que nos posibilitó ser en lo profesional y como personas", dijeron Otto Ferber, médico veterinario, y Elsa Leonor Cabral, bióloga.
Otto llegó desde la ciudad de El Colorado (Formosa) en 1960 cuando ingresó como estudiante en la Escuela Regional de Agricultura, Ganadería e Industrias Afines y tras estudiar Veterinaria, se desempeñó en la escuela preuniversitaria de la UNNE como profesor por más de 40 años.
Por su parte, Elsa, oriunda de la ciudad de Mercedes, Corrientes, estudió Profesorado en Biología, Licenciatura en Botánica y el Doctorado en Biología, y cosechó 45 años de trabajo como docente e investigadora, con tareas repartidas principalmente entre la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura (FaCENA) y el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE).
Ahora ya jubilados, con 81 y 73 años, no cortaron su vínculo con la Universidad y no solo eso, sino que también tuvieron este gesto de donar su herencia a modo de «agradecimiento» por lo que la UNNE significó en sus vidas.
LAS DONACIONES
Se trata de una casa ubicada en el barrio Madariaga de la ciudad de Corrientes y un campo en la ciudad de Paso de la Patria. La casa deberá destinarse al funcionamiento de un Jardín Maternal en beneficio de la comunidad universitaria, con el nombre de «Ottito» en memoria del hijo fallecido de la pareja.
En tanto, el campo, de 5 hectáreas entre las rutas Provincial N°98 y Nacional N°12, se destinará a prácticas académicas y de investigación, especialmente orientadas a las actividades agropecuarias y estudios de naturaleza, con énfasis en la preservación de la flora y fauna del lugar, en beneficio principalmente de las actividades del área de Ciencias Biológicas de FACENA, IBONE, Ciencias Agrarias, Ciencias Veterinarias y ERAGIA.
"Fue una decisión que, sin saberlo, la veníamos pensando ambos por separado y una vez hablamos de esa idea y no dudamos en concretarla», contó Elsa y agregó: "Lo dimos todo por la Universidad, en lo económico la Universidad nos contuvo en los primeros tiempos, en especial a Otto que llegó a la ERAGIA sin nada, sólo con un bolso de ropas y un colchón".
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