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Miércoles 5 de Febrero, 2025
 
 
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Liberaron al femicida de María Alejandra Zarza en Neuquén: un crimen macabro y el dolor de la familia

En febrero de 2002, en Neuquén, María Alejandra Zarza de 25 años fue brutalmente asesinada por el hombre del que estaba enamorada y padre del hijo que esperaba. La joven cursaba un embarazo de ocho meses.

Antes de asfixiarla, Nicolás Rinaldi, le "arrancó" a patadas de su vientre el bebé que gestaba. 

Pese a que su rol en el hecho no se probó con certeza y siempre existió la sospecha de que no pudo haber actuado solo, Nicolás Rinaldi fue el único condenado en 2005 por la Justicia de Neuquén como responsable del femicidio de Alejandra Zarza. 

Tampoco se logró establecer cuál fue la escena del crimen ni se supo cuál fue el destino del bebé de la víctima, ya que el feto, la placenta y el útero nunca fueron encontrados.

Luego de atavesar dos juicios por el crimen de Alejandra, a Rinaldi le impusieron una pena de 21 años de prisióncomo "partícipe necesario de homicidio simple cometido con dolo eventual", pena que terminó de purgar a principios de este mes.

 "El dolor es insuperable y la bronca es aún más grande porque ahora me puedo encontrar al asesino de mi tía haciendo las compras como si nada", dijo a TN Yasmín Perroni, sobrina de Alejandra. 

A su vez, señaló que para su familia la condena que cumplió Rinaldi no significó ni siquiera un alivio. "Lo que le hizo a mi tía no tiene nombre, no hay forma de pagar semejante atrocidad", explicó.

La relación de Alejandra y Nicolás

Ambos se habían conocido en la escuela, crecieron juntos y la amistad se convirtió en algo más. En un vínculo colmado de intermitencias e infidelidades, Alejandra y Nicolás tuvieron un encuentro que resultó en un embarazo. 

Según consta en la causa, a la que tuvo acceso LMNeuquén, el propio Rinaldi declaró: "Me entero de que ella cursaba el segundo mes de embarazo, por lo que se originaron discusiones debido a que yo no reconocía el embarazo como mío". 

Por su parte, los compañeros de trabajo de Alejandra agregaron en el Tribunal Superior de Justicia que Rinaldi la presionaba para que abortara, pero que ella no tenía intenciones de hacerlo.

Aquel 19 de febrero, la noche que desapareció, Alejandra tenía 25 años y estaba embarazada de ocho meses, pero hacía casi seis que no veía a Nicolás Rinaldi. Finalmente, él había accedido a encontrarse con ella y la joven tenía la ilusión de que por fin reconociera a su bebé y pudieran retomar la relación.

Cerca de las 23, la hermana de Alejandra la vio subir al auto de Rinaldi y alejarse de su casa. Esa fue la última vez que tuvo contacto con la joven de 25 años. 

Al día siguiente, al ver que la joven no volvía, llamaron a Rinaldi y este aseguró que ya no estaba con ella, pero no pudo decirles dónde la había dejado. Entonces la familia hizo la denuncia y todos empezaron a buscarla. La incertidumbre duró una semana y le cedió lugar al horror el 26 de febrero de 2002, cuando un puestero encontró el cuerpo de Alejandra a 300 metros del río Limay.

Las autopsias realizadas al cuerpo, que fueron dos, arrojaron que a Alejandra le habían practicado un aborto violento y que la causa de la muerte había sido por asfixia mecánica. También se supo que antes de morir, Alejandra había sido golpeada en la zona lumbar y esto había provocado que empezara el trabajo de parto. 

Después, literalmente, le sacaron a tirones el bebé del vientre y en la tracción arrancaron por completo también la placenta y el útero.

Por último, los peritos establecieron que el cuerpo de la víctima fue lavado y arrastrado hasta el lugar donde lo encontraron una semana después de su desaparición, en una laguna denominada Balsa Las Perlas. 

Ahora, Rinaldi está libre luego de cunmplir solo diez años preso. En 2015, la misma Justicia que lo había condenado lo benefició con la libertad condicional y finalmente, a mediados de este mes, agotó oficialmente la condena y recuperó definitivamente la libertad.

"Rinaldi está libre hace mucho por haber tenido buena conducta adentro de la cárcel", lamentó la sobrina de Alejandra. "Para mi familia y para mí, Justicia hubiese sido que él cumpliera toda su condena dentro de una celda común y sin privilegios", agregó. No obstante, también es consciente de que ninguna sentencia les hubiera podido devolver a Alejandra, y antes que nada justo sería que ella y su bebé estuvieran vivos.

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