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Jueves 6 de Febrero, 2025
 
 
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El dolor de una madre que continúa investigando la dudosa muerte de su hijo en la milicia hace 20 años

A raíz de lo sucedido con el caso de Cecilia Strzyzowski, más madres tomaron voz y contaron sus experiencias de violencias y pérdidas. Una de ellas es Susana Pintos, madre del exsoldado Mauro Ramírez fallecido en el Regimiento de Infantería "Monte 30" de la ciudad de Apóstoles, Misiones.

En el último homenaje realizado a Cecilia Strzyzowski en el puente General Belgrano, una madre tomó el micrófono y relató su caso. Diario TAG se comunicó con Susana Pintos quien contó todo lo que tocó vivir al pedir justicia por la muerte dudosa de su hijo, el exsoldado voluntario Mauro Ramírez fallecido en un cuartel militar de Misiones hace poco más de 20 años, caso en el cual la hipótesis de "suicidio" pierde cada vez más fuerza.  

"Soy mamá de Mauro Ramírez, soldado voluntario del Regimiento de Infantería "Monte 30"  de la ciudad de Apóstoles, Misiones. Un 26 de junio recibo una llamada del regimiento a través de la Policía del Chaco donde me avisan que mi hijo estaba muerto", inició su relato Pintos, haciendo memoria de lo sucedió en el 2003.

La historia de esta madre se remonta a dos décadas atrás, cuando Mauro de 22 años inicia su formación como soldado en el Regimiento de Misiones. Allí, desde sus primeros días en el destacamento, el joven se sintió "hostigado", explica Pintos. 

"Un miércoles, nos llama a su hermano y a mí y nos dice que él la estaba pasando mal, que estaba siendo hostigado, maltratado, que había momento en los que no le permitan volver, lo recargaban de guardias. Él tenía que pagarse su comida". Hasta incluso afirmó que "le obligaban a abrir una cuenta en el Casino de Oficiales y no le permitían realizar sus actividades como a los otros soldados". 

Frente a esto, ella intentó tranquilizarlo e incluso le dijo que si la situación seguía de esa manera que pida la baja y fue su hijo quien le dijo"yo voy a seguir". Días después de haber realizado un viaje fugaz de visita a su familia y prometida en Resistencia, arriba a Apóstoles y se da el trágico llamado. "Cuando me llaman el 26 de junio desde Misiones pensé que era él pidiéndome algún papel que se había olvidado, pero nunca pensé que mi hijo estaría muerto", sentenció. 

A partir de allí, inició todo un recorrido para que se realicen las investigaciones correspondientes, la idea de un suicidio planteada por las Fuerzas, no cuadraba para Susana. "La causa fue archivada con un supuesto suicidio, mi hijo estaba de novio, se estaba por casar y tenía 22 años".

Desde aquel 2003, se realizaron distintos aportes a la causa para que la misma sea desarchivada, situación legal que sucedió a solo tres meses del hecho, pero que fue revertida en tres ocasiones distintas. 

"La causa se archivó tres veces, y yo en la primera de ellas, me presenté en la Comisión de Derechos Humanos donde le pido que la causa pase a la Justicia Federal y entonces se arma un expediente y se solicita al Juez Federal de Resistencia para que intervenga, pero como el hecho sucedió en otra provincia, el juez de acá toma la causa, se declara incompetente y la eleva a la Justicia Federal de Misiones", contó.

Inmediatamente, recurre a la Justicia Federal de Misiones que se declara competente y pide "el desarchivo de la causa al juez de instrucción, pero este se niega.Esto fue en diciembre del 2003. Entonces tuve que recurrir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y en abril del 2004 se vuelve abrir la causa y se toman nuevas declaraciones, se realiza la reconstrucción del hecho y en el 2006 se hace la exhumación del cuerpo", recordó.

Al realizar las investigaciones correspondientes, los peritos en la causa brindaron datos que fueron claves y que desestimaban la idea de un suicidio. "Mi hijo recibió un disparo en el pecho con un fusil FAL y la autopsia dice que la bala ingresa de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha". 

Cabe resaltar que cuando se hizo la reconstrucción "se demostró que era imposible un auto disparo, incluso pedí la foto en colores porque solo la tenía en fotocopia", remarcó Pintos. 

A lo que agregó: "Al ver la imagen en colores se puede ver de manera clara que la ropa no estaba quemada, no estaba ahumada. Si hubiese sido un autodisparo hubiese estado quemada la ropa y los peritos de la Policía declararon que la ropa estaba totalmente quemada". 

Asimismo, arremetió contra la caratula de la causa y se refirió a la foto original que se encontraba en el expediente. "La foto de él, donde está en la garita tirado, se nota claramente que la ropa no está quemada, tiene el impacto de bala. El perito dice que recibió un disparo de entre 25-30 centímetros y posiblemente lo tuvieron arrodillado para ejecutarlo", expresó.

Unos años posteriores, en el 2008, el juez que llevaba la investigación fue derogado y una jueza subrogante decidió nuevamente cerrar la causa por "inexistencia del delito", una vez más se archivó el expediente, pero esta situación no frenó a la docente. 

"En octubre del 2008 se vuelve a archivar la causa dejando en mí la posibilidad de aportar nuevos elementos y desde el 2008 al 2015, fue lo que hice. Participé de muchos congresos de criminalísticas para hablar con los profesionales, hice una profesionalización en Derechos Humanos", explicó. 

"En el 2015 solicité una reunión con el director de la Procuraduría General de la Nación y allí le planteé junto a miembros del Programa nacional de la lucha contra la impunidad todo lo sucedido a Mauro". Esta fue la antesala para que la causa tome otro rumbo, que el caso sea investigado como un "hecho de violencia institucional". 

Desde ese entonces se están presentando nuevos testigos. En el 2020 se escribió un proyecto solicitando el ofrecimiento de una recompensa para aquellos que quieran aportar al caso, donde se ofrecía una suma considerable de dinero.

"Esto produjo que aparecieran testigos y se conozcan datos de interés para la causa", manifiesta. A partir de allí, "se contactaron conmigo otras personas que se ofrecieron a dar testimonios. Están faltando bastantes personas que todavía tienen que declarar", explicó. 

A la vez, pidió a que más personas se acerquen y cuenten lo que realmente sucedió con su hijo. "Los testigos tienen miedo porque viven en Misiones".

A la vez, detalla que aquellos que se ofrecieron a declarar no lo hacen.  "Lo que pasa es que cuando se organiza para que declaren frente a Derechos Humanos de la Nación no se presentan. Hay testigos que los ubicaron en lugares estratégicos del Estado en donde podían ganar bien a pesar de no tener estudios, ni una profesión, y están bien acomodados con tal de no decir la verdad. Ese es el problema".

Por último, recordó a su hijo y finalizó: "Yo hoy le pido que piensen en sus hijos, que piensen y que no vuelva a suceder otro Mauro".

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