"Pensé en mi mamá y mi hermana para no dejarme morir": una mujer fue atacada y logró escapar fingiendo su muerte
Una joven fue atacada por un hombre en su kiosco ubicado en la localidad bonaerense de El Palomar, y debió fingir su muerte para que su agresor cese el intento de violación y la violencia.
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Paula R. atendía su kiosco, en la localidad bonaerense de El Palomar, cuando de repente un cliente la arrojó al piso y comenzó a asfixiarla mientras le quitaba la ropa. Luego de diversos ataques, que incluyeron asfixias y patadas en la cabeza, el agresor huyó y fue detenido por vecinos, pero la Justicia lo liberó por falta de pruebas y antecedentes.
La víctima denunció en sus redes sociales que el hecho ocurrió el último viernes por la tarde. Según relató, el atacante, identificado como Antonio Leonardo Figueredo, llegó al kiosco para comprar una cerveza. La joven le cobró y al darse vuelta para buscar el vuelto, Figueredo la agarró del cuello y la tiró detrás de una de las heladeras exhibidoras, donde empezó a atacarla.
La víctima explicó lo sucedido: "Me asfixió durante 5 o 6 minutos hasta dejarme casi inconsciente y lo único que repetía era que me quería matar. Nunca me pidió plata, mi celular estuvo delante de él y no se lo llevó".
Debido a los ataques, Paula R. perdió la conciencia, mientras que Figueredo la ahoracaba aún más fuerte hasta dejarla sin aire. "Perdí la noción y él me bajó los pantalones y la bombacha. Creo que no llegó a hacerme nada, me dejó tirada atrás de la heladera", dijo.
La joven recuperó el aire a los segundos y agarró un cuchillo para defenderse. El hombre, de 33 años, le lanzó una piña y la volvió a dejar en el piso.
Su hermana relató al medio Primer Plano Online: "Nos contó que pensó en nosotros y por eso sacó fuerza para no dejarse morir. ´Mamá me va a encontrar muerta en el negocio y eso no lo puedo permitir´ se dijo a sí misma".
En este sentido, Paula continuó: "Yo seguí defendiéndome hasta que empezó a darme patadas en la cabeza y me desmayé. Por suerte los vecinos del barrio lo agarraron y llamaron a la Policía".
Luego, agregó: "Quiero que la cara de este asqueroso golpeador esté en todos lados porque nadie sabe cuánto va a durar en la comisaría y no quiero que le toque a nadie más. Viví el peor infierno de mi vida. Cuidense, ya que la Policía no lo hace".
El escrache en redes sociales se realizó el sábado por la tarde en un grupo de Facebook de la comunidad de El Palomar. La Justicia, de igual manera, dejó libre a Figueredo.